Algunos deportados por EE.UU. dicen seguir detenidos lo que contradice a autoridades
DAKAR, Senegal (AP) — Al menos 11 de los 14 inmigrantes deportados por Estados Unidos a Ghana siguen detenidos en dicha nación africana, dijeron los deportados y sus abogados a The Associated Press el miércoles, contradiciendo las afirmaciones de las autoridades ghanesas de que los deportados habían sido enviados a sus países de origen.
Tres de los deportados hablaron con AP sobre las “terribles” condiciones en las que están siendo detenidos en un campamento militar, el campamento Bundase, en las afueras de la capital de Ghana, Accra. Indicaron que los 11 deportados que aún están en Ghana son cuatro nigerianos, tres togoleses, dos malienses, uno de Gambia y otro de Liberia.
Un grupo de 14 inmigrantes fue deportado por primera vez por Estados Unidos a Ghana el 6 de septiembre, dijeron los deportados, hablando con AP por teléfono bajo condición de anonimato por temor a su seguridad. La AP no pudo verificar de manera independiente su ubicación actual.
Al menos uno de los 14 ha regresado a Gambia, su país de origen, según su abogado y documentos judiciales de Estados Unidos. Se cree que otros dos han sido enviados a Nigeria, su país de origen, dijo el gambiano en una declaración presentada en el tribunal. Añadió que los tres fueron separados del resto al llegar al aeropuerto de Accra.
Las afirmaciones de los deportados de que todavía están detenidos en Ghana contradicen las del portavoz presidencial de Ghana, Felix Kwakye Ofosu, quien el martes dijo a AP que los 14 deportados habían sido enviados a sus países de origen. El gobierno ghanés había dicho anteriormente que los 14 deportados eran todos nigerianos, excepto un gambiano.
Ofosu no ha respondido hasta el momento a una consulta de AP el miércoles.
La confusión en torno a las deportaciones refleja el ritmo vertiginoso con el que el gobierno de Estados Unidos ha impulsado sus prioridades de inmigración, lo que, según los abogados, ha sido a costa de los derechos de los inmigrantes y a veces pone en riesgo su seguridad.
“Detenidos en condiciones terribles”
En entrevistas con AP, los deportados dijeron que las autoridades estadounidenses no les informaron por qué estaban siendo deportados. Afirmaron que algunos de ellos ya habían pasado entre siete meses y un año en detención en Estados Unidos y que algunos habían ganado sus juicios de inmigración. La AP no pudo verificar de manera independiente sus registros judiciales.
También narraron un proceso de deportación brutal durante el cual algunos de ellos fueron esposados y puestos en una camisa de fuerza en su vuelo a Ghana.
“Algunos de nosotros estamos enfermándonos y tenemos malaria debido al agua y la comida en mal estado”, dijo uno de los deportados sobre su condición en el campamento militar donde dijeron que están detenidos, identificándose como un nigeriano que había vivido en Estados Unidos durante 12 años.
“No dijeron nada. Nadie dijo nada sobre por qué me están deportando o a dónde me estaban enviando”, dijo el togolés entre ellos, de 28 años.
Los abogados estadounidenses argumentaron en el tribunal que las deportaciones a Ghana eran un intento del gobierno de Donald Trump de evadir las leyes de inmigración de Estados Unidos que impiden que algunos de los hombres con protecciones legales sean devueltos a sus países de origen donde su bienestar podría estar en riesgo. Una jueza estadounidense dijo que a pesar de las protecciones legales, sus “manos están atadas” una vez que los migrantes están en Ghana.
Meredyth Yoon, abogada que representa a cuatro de los deportados que permanecen en Ghana y directora de litigios en Asian Americans Advancing Justice, dijo a AP que la seguridad de sus clientes está en riesgo.
“Tienen miedo de que la razón por la que el gobierno ghanés insiste en que no están en el país es porque temen que algo les suceda”, comentó Yoon.
El programa de deportación del gobierno de Trump ha enfrentado críticas generalizadas de expertos en derechos humanos que señalan que existen protecciones internacionales para los solicitantes de asilo y cuestionan si los inmigrantes serán adecuadamente evaluados antes de ser deportados.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos y su agencia matriz, el Departamento de Seguridad Nacional, no han respondido hasta el momento a una solicitud de comentarios.
Enviar a los deportados a sus países a pesar de las órdenes legales que prohíben tal acción por temor a su seguridad es “parte de un patrón del gobierno de Estados Unidos de extrema indiferencia... hacia las obligaciones del gobierno y hacia las consecuencias humanas de su campaña de deportación masiva”, indicó Maureen A. Sweeney, abogada de inmigración y profesora de derecho en la Facultad de Derecho Carey de la Universidad de Maryland.
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