EE.UU. envía portaviones a Sudamérica en importante escalada de presencia militar

Publicado: 24 oct 2025, 14:38 GMT-4|Actualizado: hace 5 horas
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WASHINGTON (AP) — El Ejército de Estados Unidos envió un portaviones a las aguas frente a Sudamérica, en la más reciente escalada y aumento de la presencia de sus fuerzas militares en la región, anunció el Pentágono el viernes.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó el despliegue del USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque en el Comando Sur de Estados Unidos para “reforzar la capacidad de Estados Unidos para detectar, monitorear y obstaculizar a actores y actividades ilícitas que ponen en riesgo la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos”, dijo el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, en una publicación en redes sociales.

El USS Ford, que tiene cinco destructores en su grupo de ataque, está desplegado actualmente en el mar Mediterráneo. Una persona familiarizada con la operación dijo a The Associated Press que uno de esos destructores está en el mar Arábigo y otro en el mar Rojo. En el momento del anuncio, el portaaviones estaba en un puerto de Croacia, en el mar Adriático.

Pete Hegseth.
Pete Hegseth.(Evan Vucci | AP Photo/Evan Vucci)

La persona, que declaró bajo condición de anonimato para hablar de operaciones militares sensibles, no quiso decir cuánto tiempo tomaría para que el grupo de ataque llegara a las aguas frente a Sudamérica o si los cinco destructores harían el viaje.

El despliegue de un portaaviones es una gran escalada de poder militar en una región donde ya se ha producido un aumento inusualmente grande de la presencia militar estadounidense en el mar Caribe y las aguas frente a Venezuela.

Horas antes de que Parnell anunciara la noticia, Hegseth dijo que el Ejército había realizado el 10mo ataque contra una embarcación sospechosa de transportar drogas, matando a seis personas y elevando el número de muertos de la campaña, que comenzó a principios de septiembre, al menos a 43 personas.

El Pentágono dijo a los reporteros que no tenía nada que agregar más allá del comunicado.

Hegseth afirmó que la embarcación atacada durante la noche era operada por la banda Tren de Aragua. Fue la segunda vez que el gobierno del presidente Donald Trump vincula una de sus operaciones con la banda, que se originó en una prisión venezolana.

El ritmo de los ataques se ha acelerado en los últimos días, pasando de uno en varias semanas cuando comenzaron, a tres en esta semana, lo que ha provocado la muerte de un total de al menos 43 personas desde septiembre. Dos de los ataques más recientes también se llevaron a cabo en el Pacífico oriental, ampliando el área en que el Ejército estaba dispuesto a realizarlos y pasando a la zona donde se contrabandea gran parte de la cocaína de los principales productores del mundo.

En un video en blanco y negro de 20 segundos del ataque que se publicó en redes sociales, se puede ver un pequeño bote aparentemente inmóvil en el agua cuando un proyectil largo y delgado desciende sobre él, causando una explosión. El video termina antes que la explosión se disipe lo suficiente como para que los restos del bote vuelvan a ser visibles.

Hegseth indicó que el ataque se llevó a cabo en aguas internacionales y se jactó de que fue el primero realizado de noche.

“Si eres un narcoterrorista que trafica drogas en nuestro hemisferio, te trataremos como tratamos a Al-Qaeda”, dijo Hegseth en la publicación. “Día o NOCHE, mapearemos tus redes, rastrearemos a tu gente, te cazaremos y te mataremos”.

Estados Unidos se centra en Venezuela y el Tren de Aragua

El reciente ataque tiene un paralelismo con el primero de ellos, anunciado por Estados Unidos el lunes pasado, al centrarse en la banda Tren de Aragua, a la que el gobierno de Trump designó como organización terrorista extranjera y a la que culpa de ser el origen de la violencia y el tráfico de drogas que azota a varias ciudades.

Sin mencionar el origen de la embarcación atacada, el gobierno republicano afirma que al menos 4 de los botes atacados provenían de Venezuela.

Los ataques y un aumento inusualmente grande de la presencia militar estadounidense en el Caribe y en las aguas frente a Venezuela han aumentado las especulaciones de que el gobierno podría tratar de derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro, que enfrenta cargos de narcoterrorismo en Estados Unidos.

En su acción más reciente, el Ejército de Estados Unidos voló un par de bombarderos pesados supersónicos hasta la costa de Venezuela el jueves.

El gobierno de Trump sostiene que está combatiendo el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, pero Maduro argumenta que las operaciones son el más reciente esfuerzo para sacarlo del poder.

El mandatario venezolano elogió el jueves a las fuerzas de seguridad y a una milicia civil por los ejercicios de defensa realizados a lo largo de unos 2.000 kilómetros de costa para prepararse ante la posibilidad de un ataque estadounidense.

En el lapso de seis horas, fue “cubierto el 100% de todas las costas del país en tiempo real, con todo el equipamiento y el arma pesada para defender todas las costas de Venezuela si fuera necesario”, dijo Maduro en un evento gubernamental transmitido por la televisión estatal.

La presencia militar de Estados Unidos tiene que ver menos con el tráfico de drogas que con enviar un mensaje a los países de la región para que se alineen con los intereses de Estados Unidos, según Elizabeth Dickinson, analista principal del Grupo Internacional de Crisis para la región de los Andes.

“Una expresión que escucho con mucha frecuencia es ‘Las drogas son la excusa’. Y todos lo saben”, afirmó. “Y creo que ese mensaje es muy claro en las capitales regionales. Así que el mensaje es que Estados Unidos está decidido a perseguir objetivos específicos. Y usará la fuerza militar contra líderes y países que no se alineen”.

Comparar la ofensiva contra las drogas con la guerra contra el terrorismo

Recientemente, las declaraciones de Hegseth sobre los ataques han comenzado a establecer una comparación directa entre la guerra contra el terrorismo que Estados Unidos declaró tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 y la ofensiva del gobierno de Trump contra los traficantes de drogas.

Este mes, Trump declaró que los cárteles de la droga son combatientes ilegales y afirmó que Estados Unidos estaba en un “conflicto armado” con ellos, basándose en la misma autoridad legal utilizada por el gobierno del expresidente George W. Bush después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El jueves, cuando los reporteros le preguntaron al mandatario si solicitaría al Congreso que emitiera una declaración de guerra contra los cárteles, dijo que ese no era el plan.

“Creo que simplemente vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país, ¿de acuerdo? Vamos a matarlos, ¿saben? Van a estar, ya saben, muertos”, dijo Trump durante una mesa redonda en la Casa Blanca con funcionarios de seguridad nacional.

Legisladores de los dos partidos principales han expresado su preocupación sobre las acciones militares que Trump ha ordenado sin recibir autorización del Congreso ni proporcionar muchos detalles. Los demócratas han insistido en que los ataques violan el derecho internacional.

“Nunca he visto algo así”, dijo el senador Andy Kim, quien anteriormente trabajó en el Pentágono y el Departamento de Estado, incluso como asesor en Afganistán.

“No tenemos idea de hasta dónde va a llegar esto, cómo podría resultar, ya saben, ¿va a haber soldados en el terreno? ¿Va a escalar de una forma en que podríamos vernos atrapados por mucho tiempo?” dijo.

Pero el representante republicano de Florida, Mario Diaz-Balart, quien ha participado durante mucho tiempo en asuntos exteriores en el hemisferio, dijo sobre el enfoque de Trump: “Ya era hora”.

Si bien Trump es un presidente que “obviamente odia la guerra”, tampoco tiene miedo de usar al Ejército estadounidense en operaciones específicas, dijo Diaz-Balart.

“No me gustaría estar en los zapatos de ninguno de estos cárteles de la droga”, agregó.